El Gobierno italiano ha prohibido la instalación masiva de placas fotovoltaicas en tierras agrícolas, priorizando así la protección de los agricultores y el equilibrio ecológico.
Se trata de un movimiento político “absolutamente decisivo para el conjunto del campo en el sur de Europa, que está siendo presionado por regulaciones locales y nacionales que facilitan el ‘alicatado’ masivo de tierras de cultivo propiedad de agricultores previamente atosigados con una legislación que hace inviable su actividad”, asegura SOS Rural.
Esta acción ha sido recibida con satisfacción por parte de la organización, para la que “Italia sienta un precedente que nos anima a seguir denunciando los abusos de políticos y multinacionales frente a agricultores y ganaderos”.
La acción del Gobierno de Italia obedece también a la preocupación por la extensión de la desertificación que propicia la instalación masiva de placas, ya que, debajo de ellas, no crece nada debido a los herbicidas que se aplican, de tal forma que el suelo queda yermo. Una vez pinchada la burbuja de las placas, donde había cultivos verdes que capturaban CO₂ sólo quedará suelo seco inservible, chatarra y cristal.
Para SOS Rural, la iniciativa de Italia marca un antes y un después. Y destaca que este asunto “va de sentido común”.
En este sentido, SOS Rural ha abierto un canal de escucha para “atender las situaciones personales que nos están haciendo llegar agricultores de buena parte de España”.
“Es el momento de reafirmar el papel fundamental de la agricultura en nuestras sociedades y la actividad en general en el mundo rural, reconociendo que su protección es una responsabilidad compartida”, señala SOS Rural.