El porcentaje de tomate andaluz en la Unión Europea (UE) y Reino Unido no llega ni al 20 % en este mes de febrero, mientras que Marruecos, de forma directa e indirecta, casi alcanza el 40 %. El tomate turco, por su parte, suma otro 8 %.
Esta es solo una de la conclusiones hechas públicas este martes por la Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Andalucía (Hortyfruta), que se ha reunido en Junta Directiva para estudiar el «alarmante desarrollo» de la campaña hortofrutícola.
Y es que, según el análisis realizado, es destacable cómo en este mes, antiguamente dominado por el sureste español, la competencia procedente de países terceros es ya muy fuerte.
De este modo, y junto al tomate, la Interprofesional andaluza ha puesto el foco también en el calabacín. En este sentido, apunta que, pese a poseer el producto andaluz una representatividad del 47 %, «Marruecos y Turquía aceleran sus ventas y ya suponen el 25 % del mercado».
Y similar es la situación de la berenjena. A pesar de que Hortyfruta representa el 60 % del comercio europeo, se puede encontrar en los lineales de los supermercados producto con origen en Turquía.
«Ante esta situación, la Interprofesional mira con recelo a la campaña de primavera que está a punto de arrancar y que puede verse comprometida de continuar esta laxitud administrativa», ha afirmado.
Asimismo, ha apuntado que la única solución plausible es que la Administración «reaccione de una vez y controle de forma rigurosa las importaciones de terceros países a Europa como estipulan los acuerdos internacionales».
Del mismo modo, ha destacado que es necesario que se realice una mayor vigilancia desde el punto de vista fitosanitario para evitar que se comercialicen en la UE productos con residuos de plaguicidas por encima de los límites fijados.
Competencia «sin control»
Durante estos meses de campaña el clima ha influido en las producciones, ya que se han registrado temperaturas primaverales en pleno invierno, según ha recordado Hortyfruta.
Sin embargo, ha considerado que el mayor hándicap al que se enfrentan agricultores y comercializadores es la «competencia desleal a la que se ven sometidos por las producciones de terceros países que inundan» los mercados europeos «sin control» por parte de las administraciones.
La entrada de producciones procedentes de países terceros en situación de «desigualdad de condiciones está provocando una competencia desleal y desigual» con respecto a las producciones andaluzas, españolas y europeas, que se traduce en una reducción de la cuota de mercado de los principales productos, han concluido.
