El texto, adoptado en a sesión plenaria celebrada ayer, señala que el objetivo de esta normativa es «garantizar un uso más amplio de las aguas residuales tratadas para limitar el recurso a las masas de agua y aguas subterráneas», ya que la reducción de estos recursos hidráulicos es «una de las mayores amenazas» para la UE.
«El día de hoy marca un importante hito en la transición hacia una economía circular», subrayó la europarlamentaria italiana Simona Bonafè (S&D), responsable de la tramitación parlamentaria del texto legislativo.
Según Bonafé, esta legislación podría permitir que en 2025 se reutilizaran «hasta 6.600 millones de metros cúbicos de agua», en comparación con los actuales 1.100 millones anuales.
La europarlamentaria italiana señaló que esta normativa requerirá una inversión «de menos de 700 millones de euros» y permitirá reutilizar «más de la mitad» del volumen actual de agua procedente de plantas de tratamiento, lo que «evitaría más de un 5% de las extracciones directas de las masas de agua y aguas subterráneas», en sus palabras.
Según un informe de la Comisión Europea sobre la política de la UE en la lucha contra la escasez de agua y la sequía, al menos el 11% de la población europea y el 17% de su territorio se han visto afectados por la escasez de agua en algún momento.
En la región del Mediterráneo, la mitad de la población se ve afectada por la presión sobre los recurso hídricos durante el verano.