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Dos de cada tres uvas que se tomen en Nochevieja en España son de Alicante

Dos de cada tres uvas que se tomen esta Nochevieja en los hogares españoles para dar la bienvenida al año 2021 (unos dos millones de kilogramos) provendrán de siete pequeños municipios del alicantino valle del Vinalopó.

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De la variedad ‘Aledo’, estas uvas de la suerte son este año de una calidad óptima por la climatología favorable, que ha permitido en los últimos meses un crecimiento «pausado y sin apreturas» de los racimos.

La ‘Aledo’ es la principal variedad de las siete que forman parte de la Denominación de Origen Protegida (DOP) de la Uva Embolsada del Vinalopó, y acapara casi la mitad de la producción total de esta zona de 2.300 hectáreas, con 20 de los 40 millones de kilogramos que salen de los cultivos alicantinos.

Además de la Aledo, la DOP incluye las variedades Ideal, Dominga, Doña María, Rosetti y Victoria (piel clara) y Red Globe (negra), que dan empleo a 13.000 personas en los municipios de Agost, Aspe, Novelda, Monforte del Cid, Hondón de las Nieves, Hondón de los Frailes y La Romana.

La «normalidad» ha predominado entre los operadores y productores durante el 2020 ya que, aunque han tenido que adaptar sus modos de trabajo e instalaciones de envasado a las medidas de seguridad impuestas por la pandemia, se han visto favorecidos por los dos factores que más impacto tienen en la producción y comercialización: la climatología y los mercados, que han funcionado correctamente.

Estas circunstancias que han acompañado a la uva del Vinalopó se producen tras un 2019 negativo por la gota fría o DANA que asoló la provincia en septiembre de ese año, muy perjudicial para los cultivos, y también por los problemas que hubo en la comercialización.

El 60 por ciento de la producción de los 40 millones de kilogramos de la uva de Alicante se dirige al mercado nacional y el resto a la UE y a países como Canadá o Sudáfrica, principalmente.

Estas uvas de la suerte de Nochevieja tienen una característica muy peculiar, y es que sus racimos se protegen de la lluvia, viento, sol y granizo mediante un bolso de papel que se coloca a mano durante el verano para ser retirada entre noviembre y diciembre.

Esta bolsa colocada en forma de campana retrasa la maduración durante varias semanas, lo que ayuda a potenciar su sabor (dulce neutro) y a que se alcance un color dorado uniforme y atractivo, con una piel más fina.

La protección también ayuda a evitar picaduras de insectos o que se adhieran residuos externos o productos fitosanitarios, lo que favorece un fruto saludable.