Hay tres razones por las que los productores de melón y sandía deben apostar por el uso de abejorros para mejorar la polinización de melón y sandía en el invernadero y no sólo hacer uso de las abejas.
El primer argumento es constancia. El abejorro sigue trabajando en días nublados, con lluvia o con viento «mientras que la abeja deja de polinizar y busca refugio en el interior de la colmena», señalan desde Koppert, una de las firmas líderes en el segmento de colmenas de abejorros para la marca Natupol. Este comportamiento natural de la abeja puede ocasionar «importantes pérdidas para el productor, ya que la floración en melón y sandía es muy breve y la futura cosecha se decide en unos días», señalan desde Koppert.
El segundo argumento es la versatilidad. Está demostrado que los abejorros trabajan en un rango de temperatura mucho más amplio que las abejas. «Son muy activos en días nublados y lluviosos y pueden volar con vientos de hasta 65 kilómetros por hora», señalan desde Koppert.
Y el tercer argumento es la eficacia. Y es que los abejorros visitan muchas más flores por minuto que las abejas y trabajan desde la salida del sol hasta el ocaso. «Al final de la jornada, el abejorro habrá visitado dos o tres vees más flores que la abeja», apuntan desde Koppert.
La firma de control biológico no duda en afirmar que el abejorro es «justo el refuerzo que el agricultor necesita para garantizar que si el tiempo cambia a peor y las abejas se paran, esos días la polinización sigue su curso. No hay que olvidar que el objetivo final es que todas las plantas den su fruto y que el agricultor obtenga el máximo rendimiento económico posible».