La obtentora de semillas almeriense CapGen Seeds participa en el proyecto Tomabiotic, que pretende asegurar la producción de tomate bajo condiciones de estrés hídrico.
En un mundo en el que la población se encuentra en aumento y los recursos naturales son limitados, la producción de alimentos se ha convertido en una prioridad global, ya que, según indica el fondo mundial para la naturaleza (WWF), la actual sobreexplotación de los recursos naturales está generando un déficit insostenible.
Para hacer frente a este desafío, CapGen Seeds, junto a otras dos entidades, y gracias a la financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación, ha puesto en marcha el proyecto Tomabiotic. Su objetivo es «desarrollar soluciones para una agricultura basadas en la reducción de la huella hídrica en uno de los cultivos de mayor producción del planeta, el tomate», ha explicado la objetora en un comunicado.
Y eso será posible gracias a la identificación de genes que permitan generar plantas con alta tolerancia al estrés hídrico, así como su puesta en producción a través de técnicas de optimización de riego superficial que minimicen el impacto de la huella de carbono.
Tres son las entidades que participan en el proyecto, que actualmente se encuentra en su fase final: AZUD, empresa dedicada al desarrollo de tecnologías y productos que permiten un uso eficiente y de máxima rentabilidad del agua; CapGen Seeds y el instituto de investigación CEBAS-CSIC, concretamente su departamento de riego.
El papel de CapGen
CapGen es responsable de realizar la introgresión de acervo genético silvestre con tolerancia demostrada al estrés abiótico en el tomate comercial.
“Nuestra principal actividad ha sido la introgresión de alelos resistentes al estrés abiótico de variedades silvestres en variedades comerciales de tomate tipo pera, cherry y ramo”, señala Rafael Cremades, director general de CapGen Seeds.
“Estamos contribuyendo al desarrollo de prácticas agrícolas más responsables y al bienestar de las comunidades agrícolas y del medioambiente en general”, detalla.
Este proyecto tiene múltiples beneficios, como es la mayor tolerancia de las variedades al déficit de agua, la reducción del impacto medioambiental y garantizar la seguridad alimentaria a nivel local y global con una producción sostenible, estable y confiable.