La multinacional belga anunció hace 6 días que dejaba su filial de frescos del Reino Unido con sede en Spalding debido a la presión del Brexit y a un mercado especialmente duro en la actualidad como el británico.
Y es que la firma ve «poco espacio para un crecimiento rentable en un mercado maduro que también está bajo presión del Brexit y el suministro y con interrupciones de la cadena», señalan desde la comercializadora.
Greenyard está buscando comprador a esta plataforma que se dedica a la importación de la gama de hueso, fruta de pepita, tropicales, uvas, melones, cítricos y hortalizas al comercio minorista del Reino Unido y a los mayoristas.
La sede de Greenyard en Spalding reúne a 220 personas y mientras se produce la salida, «nuestros clientes estarán cubiertos y no tendrán problemas de abastecimiento», señala Giles Armstrong a FPJ.
Greenyard factura sobre los 70 millones de euros en el departamento de frescos en el Reino Unido, un porcentaje minoritario sobre el negocio hortofrutícola en el Reino Unido.