Industria auxiliar

Una correcta poda puede suponer el 50% del éxito del cultivo

Propósitos de la poda, tipologías, estructura y guías principales; “Falsas creencias” son algunos de los temas que se han abordado.

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La poda es la responsable casi del 50% del éxito del cultivo. Es la principal conclusión a la que han llegado los técnicos que han participado en la videoconferencia “La importancia de la poda y su influencia en la productividad” organizada por EDYPRO. Es por ello que es necesario realizar correctamente esta labor con la técnica adecuada, conociendo la configuración del árbol y corrigiendo en función de su estadio de desarrollo.

La charla ha estado dirigida por Vicente Puchol, director Técnico y gerente de EDYPRO, y le han acompañado Javier Ribelles, gerente y técnico de Fruteq, y Paco Martín, gerente y técnico de Pavisa. Ambos técnicos cuentan con una dilatada experiencia en materia de poda y manejan casi 400 hectáreas de cultivos.

La primera parte de la videoconferencia ha estado dedicada a analizar los propósitos de la poda: conseguir un equilibrio en el árbol entre la parte vegetativa y la productiva, que se mantenga a lo largo de toda su vida con una conducta óptima, reducir la vecería y los desgastes energéticos para mejorar la calidad de la fruta.

Entender la formación del árbol

En este sentido, Vicente Puchol ha señalado que antes de iniciar la poda es necesario entender la formación del árbol, “existe la falsa creencia de que todos los árboles tienen que configurarse quitando las faldas, limitando la altura y vaciando su interior, no es así”. “Cada árbol tiene su altura y si no se respeta, se enaniza, se resta su potencial productivo y se acorta su vida útil”, ha apuntado. Es este el primer aspecto sobre el que los expertos han desmentido uno de los bulos más repetidos. “No, no todos los árboles se podan igual ya que cada variedad y cada patrón tiene comportamientos concretos y específicos”.

Los tres expertos han comentado la importancia de distribuir la estructura del árbol dejando “las guías justas, bien definidas y respetadas”. “Funcionan mucho mejor los árboles con dicotomías (2 guías) que con 3 o 4 guías y esto es imprescindible para los frutales de hoja perenne” han señalado.

Como ha explicado Vicente Puchol, existe una tendencia a quitar las faldas y bajar la altura de los árboles “esto no tiene base fisiológica ni científica”. “Los árboles que son arbustos de ladera necesitan buenas faldas, que es la parte más productiva”.

Cítricos

Otra creencia muy extendida es que los cítricos no necesitan podarse todos los años y que así se ahorra. Como ha apuntado Javier Ribelles “no supone ningún ahorro porque los restos de poda serán el doble, pero además, se fomentan los desequilibrios y el árbol no ventila ni recibe suficiente tránsito de luz”.

En la etapa de formación del árbol, los tres técnicos han coincidido que la poda es un proceso vital para cualquier frutal. Como ha explicado Javier Ribelles, “en la poda de formación se determina la forma del árbol cuando sea adulto”. En esta fase se determina la altura de la cruz y se observa el vigor y la ubicación de los brotes. “Con la poda se debe procurar que estos estén repartidos equitativamente por toda la circunferencia que conforma la planta de la copa”, ha comentado.

Vicente Puchol ha añadido que en árboles vigorosos es recomendable hacer dos podas en el mismo año, cuando se encuentran en la etapa de formación. “El coste logístico es menor y se puede adelantar un año el desarrollo vegetativo, lo que supone una ganancia de tiempo”.

Sobre este tema, Paco Martín ha comentado la “leyenda urbana” que existe sobre la poda en verde en los caquis. “Antes no se hacía y se retrasaba hasta 5 años la entrada en producción, con la poda en verde se consigue fruta en la tercera primavera”, ha apuntado.

En la poda de mantenimiento de árboles adultos, los tres han destacado la necesidad de conocer fisiológicamente el árbol, aunque que las ramas ventilen y que la copa permita el paso de la luz son factores esenciales comunes a cualquier variedad.

Vicente Puchol ha desgranado los pasos antes de iniciar la poda: Analizar el árbol, definir y planificar las guías principales, observar el árbol desde fuera antes de emprender la operación de poda, determinar cuáles son las ramas que sobran y ante todo empezar la poda de fuera hacia dentro, eliminando en las ramas secundarias los desarrollos con tendencia vertical que toman un protagonismo y lugar inadecuado; y por último, empezar a cortar practicando cortes limpios sin dejar tocones o mochones (ramas cortas con muy poca vegetación).

Javier Ribelles ha recomendado proceder a la poda cuando el árbol tiene una buena circulación de savia para facilitar que vuelva a encontrar el equilibrio que tenía antes de ser podado. Además, ha indicado que la herramienta debe estar desinfectada, los cortes deben ser limpios, sin desgarros y con una orientación que evite que el agua se estanque. También es recomendable pintar los cortes con cicatrizante.

Sobre este aspecto, Paco Martín ha aconsejado también analizar cada rama antes de cortarla, para saber por el aspecto de la misma y el color de la piel cuales son productivas e interesa respetar y cuales son muy vegetativas y solo deben dejarse en el caso de que estén en una guía principal y hagan el efecto de tira savias. Para Martín la precisión en la poda es tan importante como la propia poda. “La poda no es cortar ramas al azar, se trata de saber podar eliminando las ramas que ya no son productivas y las que no nos van a proporcionar fruta de calidad”.