Pequeña tiendas, como las típicas fruterías de barrio, pueden dotar de oportunidades laborales a sus vecinos y evitar así la despoblación que sufren muchos pueblos en Cataluña.
Así se ha referido Aragonès en la entrega del Premio Nacional al Comercio 2022 y los Premios Naciones a los Establecimientos Centenarios 2022, un acto celebrado en el Palau de la Generalitat que ha aprovechado para reivindicar un «modelo catalán de comercio«.
«Los pueblos más pequeños siempre nos piden preservar dos cosas: la escuela y la continuidad de los establecimientos que dan vida a sus núcleos. Son las dimensiones de la vida colectiva, los servicios públicos y las oportunidades para ganarse la vida», ha defendido.
«El modelo de comercio de Cataluña es un modelo basado en la proximidad, tiene un valor económico de primer orden en relación con el PIB, el número de empresas, empleos, y por tanto de oportunidad. Pero también un valor que va más allá de lo económico, un valor social y cultural que ayuda a la cohesión», ha remarcado.