Hortalizas y verduras

Restaurantes gastronómicos buscan los mejores tomates para un proyecto europeo

Xavier Pellicer es uno de los más de treinta restaurantes gastronómicos de Cataluña que toman parte en un programa europeo de investigación para encontrar las mejores variedades de tomates, un proyecto liderado por el productor Soulblim.

La empresa, que cultiva unos terrenos en el Parc Agrari del Baix Llobregat, comienza ahora con la cosecha de más de veinte semillas diferentes que ha cultivado con el fin de recuperar variedades ancestrales de tomates y que los restauradores se encargan de valorar.

 

Todos los datos se vuelcan en una plataforma de gestión unificada donde se suman a varios países más que también participan en la iniciativa.

 

El proyecto, que ha salido adelante con la ayuda del programa Harnesstom, financiado por la Unión Europea, ha puesto en marcha la campaña ‘En busca del mejor tomate’ para determinar el potencial de cada variedad de esta hortaliza con la ayuda de los mejores restauradores del país. Éstos reciben una caja llena de las diferentes variedades de tomates para que puedan «experimentar con ellos, hacer sus valoraciones y puntuarlos de acuerdo con el valor gastronómico y comercial», como explica Jaume Torras, director de Soulblim. «Buscamos sobre todo restaurantes que apuesten por un producto de proximidad, ecológico y que lo trabajen bien en la cocina», añade. La campaña todavía está abierta para los restauradores que quieran apuntarse; pueden hacerlo en el formulario de la web: Els millors tomàquets que se ha convertido en una especie de wikipedia del tomate y también como una herramienta de consulta para muchos productores, cocineros y gente interesada en la hortaliza.

 

Este llamamiento para colaborar en la búsqueda de los mejores tomates está siendo un éxito entre los restauradores y ha conseguido que se apunten algunos de los establecimientos de mayor prestigio de Cataluña. Aparte de Xavier Pellicer, también encontramos Restaurantes como El Celler de Can Roca, el Petit Comité, de Carles Gaig; Lasarte, de Martín Berasategui; Albert Ventura, del Coure, la Enoteca, de Paco Pérez; o bien Alkimia, de Jordi Vilà, Agreste de Fabio & Roser o Artur Martínez del AÜRT Restaurant. A la lista hay que añadir varios establecimientos más de Barcelona pero también de otras poblaciones catalanas, como Che Che Restaurant (Castelldefels), Cal Mingo (Viladecans), Lluerna Restaurant (Santa Coloma de Gramenet), Cèntric Gastro (El Prat de Llobregat), La Taberna del Ciri (Terrassa), La Salseta (Sitges), La Bonaigua (Sant Just Desvern) y Les Voltes de Sant Sebastià (Moià).

 

Aparte del valor gastronómico y organoléptico de los tomates, el proyecto también recoge datos relativos a su cultivo como la resistencia al cambio climático y su productividad.

 

Los datos de cada tomate se guardan a través de un código QR y se sistematizan en una plataforma unificada de gestión donde se suman a las que proporcionan otros productores del Estado y de Bulgaria, Italia, Francia, Israel, Italia y Países Bajos, que también participan en la investigación. En ella, se comparte información sobre el germoplasma del tomate así como sobre materiales, conocimientos y técnicas de producción. Algunas de las especies se han modificado genéticamente.