Según la disposición del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en esta línea son asegurables las producciones de tomate en todas sus variedades cultivadas, tanto al aire libre como en invernadero, así como las instalaciones, entre las que incluye además las estructuras, cortavientos y cabezales de riego.
En varios anexos de la normativa, Agricultura precisa los riesgos que cubre el seguro, las características mínimas de las instalaciones sujetas a su suscripción o las que deben cumplir los invernaderos y la producción para tener garantizado el riesgo de virosis y el de polilla del tomate.