La Unió Llauradora estima unas pérdidas de más de 25 millones de euros para los productores de cebolla de la Comunidad Valenciana, en una campaña que tilda de «catastrófica».
En un comunicado, achacan estas pérdidas a los bajos precios pagados al agricultor, que coinciden, además, con «una buena cosecha en el conjunto de zonas productoras españolas y mucha presencia, además, de producto importado en los lineales de los supermercados e hipermercados».
De media, la cebolla se está pagando, en el mejor de los casos, a unos 0,10 euros/kg, unas cotizaciones que, prácticamente, «significan regalarlas a cambio de recolectarlas». Tanto es así que, en muchos casos, «los agricultores, al tener un coste mayor del que cobrarían, han optado por no recogerlas y rotovatar los campos».
Y es que, según la organización agraria, los costes de producción en este cultivo oscilan entre los 0,25 y 0,30 euros/kg; por debajo de esa cifra, «todo son pérdidas».
Un productor de cebollas de La Unión es muy claro al explicar la situación: «Me ofrecían 4 céntimos por un kilo de cebollas que tanto esfuerzo me había costado cultivar y con esa cantidad me niego a venderlas, prefiero rotovatar el campo a regalar mi producción. He aguantado hasta el final, pero la cebolla engorda, tiene una vida y si no se recoge cuando toca, pues ya no sirve. Producir cebollas es una auténtica lotería«.
En el lineal
Sin embargo, estos precios no coinciden con los que pagan los consumidores en los supermercados, donde, de media, la cebolla se vende a 2 euros/kg, por lo que, «el diferencial entre origen y destino es del 1.918 %», lamentan desde La Unió.
Se da la circunstancia, además, de que buena parte de la cebolla presente en los supermercados a lo largo de esta campaña procede de otros países, importadas por empresas españolas, que, según denuncia la organización agraria, «prefieren apostar por la cosecha de fuera de lugares tan lejanos como Chile, Perú, Senegal o incluso Nueva Zelanda frente a la producida en casa».
La Unió denuncia, además, las diferencias de calidad de unas cebollas y otras: «Mientras nuestras cebollas están acabadas de cosechar y este año además sin problemas meteorológicos que les hayan afectado, las de otros países llevarán ya más de cuatro meses recolectadas y, por tanto, la calidad no se puede comparar. Además, hay que tener en cuenta la diferenciación en los métodos de producción mucho más laxos fuera que aquí y la preocupación por el tema medioambiental o los residuos entre unas producciones y otras. Hay que exigir los mismos estándares de producción para los productos de terceros países que a los nuestros».
Por último, apelan a la responsabilidad de importadores españoles y supermercados, a los que piden que prioricen «los productos locales de proximidad, que se distinguen de los otros por su calidad, frescura, sabor, seguridad alimentaria y compromiso con la sostenibilidad ambiental».