El director gerente de la Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex), Miguel Angel Gómez, ha explicado que Brasil decidió a principios de este mes paralizar las compras que realizaba de este producto para evitar la llegada a su país de la plaga lobesia botrana.
Aunque Extremadura no sufre esta plaga «en absoluto», la decisión tomada con carácter general impide acceder al mercado brasileño, por lo que si se mantiene esta barrera las repercusiones serán «muy significativas».
«Ahora mismo está cerrado este mercado, el número uno para la comunidad autónoma, pues se envían más de 1.000 contenedores», ha explicado Gómez, de modo que se trabaja con el Ministerio de Agricultura para que la situación se resuelva en breve, «pues como no se solucione el sector tendrá un grave problema este año».
Aunque el consumo mundial de fruta de hueso ha crecido este 2020 debido a la crisis del coronavirus, el elevado volumen que se exporta a Brasil y la dificultad de acceder a nuevos mercados tradicionalmente no compradores hacen que el mantenimiento de esta barrera comercial sea «una gran problemática».
Esta situación llega en un momento donde la fruta de hueso extremeña está ya en plena campaña, pues comenzó hace dos semanas.
Las previsiones apuntan a que la producción de fruta de hueso extremeña sea este año un 20 por ciento inferior con respecto a 2019, unos parámetros similares a los que se producen en otras zonas españolas, y en un entorno mundial también de descensos, como por ejemplo ocurre en Francia e Italia.
El descenso de producción previsto se debe entre otros a las condiciones climatológicas de esta primavera, que «no han sido demasiado buenas para el cultivo».
Esta bajada de producción no es negativa, ha dicho, teniendo en cuenta los datos del año pasado y que el consumo de fruta de hueso ha crecido en los hogares de todo el mundo con motivo de la actual pandemia.
En cuanto a precios su cotización actual es positiva, a la espera de ver cómo evolucionan durante la campaña.
