Al tomar el cargo, Otero enfatizó que el continente americano, incluidas sus zonas menos desarrolladas, está frente a una gran oportunidad: la de convertirse en un actor aún más relevante del comercio mundial y en el garante fundamental de la seguridad alimentaria y nutricional del planeta.
Otero destacó también que la agricultura y los ricos recursos naturales del hemisferio constituyen una base privilegiada para una “industrialización inteligente” que permita alcanzar cabalmente uno de los objetivos principales del IICA: el bienestar de las poblaciones rurales, claves para la seguridad alimentaria.
“Nuestra América debe ser una gran fábrica de alimentos procesados bionergías, probióticos, nutraceuticos y biomateriales. Se trata de una industrialización inteligente a partir de los recursos biológicos que, apoyada en la ciencia y la tecnología, promueva mayor diversidad sectorial, competitividad internacional y generación de empleo”, dijo Otero.
En ese sentido, agregó que “la bioeconomía expresa en buena medida esa visión transformadora para promover una producción sustentable e inteligente, partiendo desde la gran base de recursos naturales que poseemo