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Internacional

Marruecos enfrenta un déficit de lluvias del 70 % entre septiembre y enero

El Gobierno marroquí ha puesto en marcha un plan de emergencia que prevé acelerar proyectos de construcción de nuevas presas, más conexiones fluviales y desaladoras.

Marruecos registró un déficit de lluvias del 70 % desde septiembre del año pasado hasta mediados de este enero en comparación con la media de los últimos años, una situación de sequía que ha llevado al Gobierno a emprender un plan de acción presentado este martes al rey Mohamed VI.

Según informa el Gabinete Real en un comunicado de prensa, el monarca presidió una sesión de trabajo en el Palacio Real de Rabat dedicada al problema de la escasez del agua, a la que asistieron varios ministros marroquíes.

El ministro de Equipamiento y Agua, Nizar Baraka, informó durante la reunión de la bajada en las lluvias registrada desde septiembre hasta mediados de enero y añadió que, actualmente, la tasa de llenado de presas es del 23,2 %, frente al 31,5% del año pasado por estas fechas.

Para paliar este problema, Marruecos ha emprendido acciones como la interconexión de cuencas fluviales, en concreto la de Sebou y Bouregreg, y puesto en marcha estaciones desaladoras en Agadir y Safi, destaca la nota del Palacio Real.

Plan de emergencia

El Gobierno, indicó Baraka en la reunión, ha emprendido un plan de emergencia para garantizar el suministro de agua potable, que incluye una mejor gestión de las presas, la construcción de equipos urgentes de conducción de agua y la posibilidad de restringir el caudal si es necesario.

También prevé acelerar proyectos de construcción de nuevas presas, más conexiones fluviales y desaladoras, así como impulsar el programa de reutilización de aguas residuales depuradas.

Marruecos atraviesa su sexto año de sequía, que está repercutiendo en la escasez de agua para el consumo y para el riego.

En los últimos tres meses de 2023, los embalses acumularon 519 millones de metros cúbicos, frente a los 1.500 millones de metros cúbicos del mismo periodo de 2022. Además, la temperatura media de esos meses fue 1,3 grados más alta que la media, lo que tuvo un impacto en la evaporación del agua almacenada en los embalses.