«Estamos ante una producción que funciona mientras que el consumo permanece al margen». Son las declaraciones de Angelo Frascarelli, presidente del Ismea italiano en la conferencia impartida ayer por el Observatorio Sana, centrado en pulsar la realidad ecológica en Italia.
La demanda en general del ‘bio’ cae y tan sólo el formato descuento, algunas tiendas muy especializadas y el negocio online han elevado su cuota de mercado, aunque las tres por motivos bien diferentes.
La caída del consumo en general en Italia se cifra en menos de un uno por ciento en comparación con los datos de 2021, «mientras que en los últimos 10 años hemos crecido un 131 por ciento».
Los hipermercados y supermercados reflejan un descenso del dos por ciento del negocio y los comercios de proximidad descienden casi un 5 por ciento.
El descuento es el formato que está recogiendo el descenso de los super e hiper y ve elevar sus ventas un 13 por ciento, y no sólo por el desarrollo de Lidl o Aldi, sino por las enseñas italianas como MD Discount, ED y Eurospin, que se hacen fuertes con un portafolio de ‘bio’ muy limitado.
El desarrollo del ‘bio’ no se ha depreciado más por el factor ‘promo’ de las cadenas. Durante 2022 las promociones con gama ‘bio’ se elevaron un 16 por ciento más hasta julio con respecto a los datos de 2021.
El presidente de Ismea recordó que el incremento de las ‘promos’ con la gama ‘bio’ en Italia no se debe solamente al descuento, sino al resto de formatos, que trata de fidelizar al consumidor más frágil a base de precios atractivos.
Frascarelli se mostró pesimista en este sentido, ya que «corremos el riesgo de convertir lo orgánico en una mercancía con precios altamente competitivos y debemos implementar políticas en la dirección para que no suceda esto».
La demanda de hortalizas y productos de IV gama en ‘bio’ se ha frenado en un 1,5 por ciento en Italia hasta julio de 2022.