Afirman que la naranja sudafricana o argentina no supone competencia para la valenciana, como sí lo es la de Egipto, Marruecos o Turquía.
Así lo han planteado este lunes representantes de la asociación de supermercados Asucova y de las empresas Mercadona y Consum en la comisión de Les Corts Valencianes de estudio sobre la situación actual del sector citrícola de la Comunitat Valenciana y su viabilidad futura.
Han coincidido también en que los precios de este producto no los marcan las empresas de distribución y que el problema no está en los márgenes de beneficio de estas empresas, que son ajustados, y han afirmado que la naranja valenciana entra en los supermercados en el momento en que tiene la calidad suficiente.
El problema de los precios
«Reconocemos un problema de precios en origen», ha asegurado el director de Asucova, Pedro Reig, quien cree que es un asunto que se debe resolver, pero ve «un error» convertirlo «en un problema irreal de formación de precios en la cadena«, pues a su juicio, esta es «eficiente» y «una de las mejores que existen».
Según Reig, «si los precios se multiplicaran tanto no estaríamos en un nivel de precios tan competitivo en España», que tiene unos precios por debajo de la media europea y de países productores como Italia.
Desde Mercadona, el responsable de compra de cítricos, Jaume Cerver, ha asegurado que el precio, «la mayoría de las veces, empieza marcándose a partir del precio de compra de la naranja«, y a partir de ahí se establece el precio final, que varía «en función de cómo se comporta el mercado en el que debes sobrevivir».
«Estamos en un margen entre el 0 y el 3 % en el mejor de los casos», ha señalado Cerver, quien ha dicho echar en falta «una cadena de coste que no hable en porcentajes y sí en euros/kilo, de qué necesita en cada una de las partes para construir una cadena de precios desde el origen hasta el final».
Una idea similar ha trasladado el director de compras de Consum, Manuel García, quien ha asegurado que los precios «no vienen marcados desde arriba» en este producto ni en ningún otro, pero cree necesario garantizar una cadena alimentaria en la que cada uno de los eslabones sea capa de ganar dinero.
Propuestas de futuro
Estos responsables de supermercados han considerado que una de las formas de mejorar la situación del sector citrícola pasa por la diferenciación respecto a sus competidores, por incrementar la calidad de los productos y por promocionar mejor la naranja, como se ha hecho con el plátano de Canarias o el kiwi de Nueva Zelanda.
La naranja «es un producto genérico«, «no hay detrás una marca capaz de revalorizarlo», ha afirmado el director de compras de Consum, quien cree que ese es uno de los motivos del estancamiento de este producto, mientras que en Mercadona han visto una caída en su consumo del 25 %.
El director de Asucova también ha defendido la mejora de la dimensión y la modernización de los campos o adaptar la producción a la demanda, y Mercadona y Consum apuestan, además, por el desarrollo de nuevas variedades que cubran los meses en los que no hay producción autóctona.
La importación de terceros países
Tanto desde Mercadona como Consum han defendido que únicamente importan naranjas de terceros países, como Sudáfrica o Argentina, con los que la Comunitat no compite, cuando no hay variedades nacionales, que suele ser entre julio o agosto hasta octubre o noviembre.
«No competimos contra Sudáfrica o Argentina», ha explicado Jaume Cerver, quien ha dicho que los competidores de la Comunitat son Egipto, Marruecos o Turquía, de los que hay que diferenciarse con productos de mayor calidad.
Ha explicado que las naranjas valencianas tardan un tiempo en llegar a los supermercados porque quieren que tengan la calidad que reclama el cliente, y ha destacado que gracias a la mejora de los procesos de conservación, en Mercadona hay naranja valenciana hasta agosto.
Lo mismo ha defendido el responsable de Consum, quien lamenta que haya personas que se pongan nerviosas cuando empiezan las primeras naranjas autóctonas y «quieran meterlas en el circuito de la distribución con cualquier tipo de calidad«, lo que a la larga frena el consumo del producto.