El sector viene de un año desastroso con cantidades drásticamente comprometidas, así como tendencias climáticas, chinches asiáticos y maculación marrón. Ya el año pasado se cuantificaron enormes pérdidas de ingresos: se estima que los costes de producción superaron los 8.000 euros por hectárea.
Después de una temporada así, una nueva campaña «era vital para que los productores tengan espacio para respirar».
La producción total es probablemente la estimada en la fase de previsión, pero hay demasiadas adversidades en la calidad especialmente en el Abad Fetel.
La helada a finales de marzo/principios de abril creó grandes problemas de calidad en el desarrollo de los frutos, que hasta hace unos meses parecían buenos. Las altas temperaturas están poniendo en riesgo gran parte de la producción, al tiempo que aumentan los costos de producción.
Hay muchos proyectos de investigación en curso, en los que la OI Pera también se ha comprometido, pero todavía no están dando respuestas y soluciones a los problemas.
Desde la OI Pera se ven problemas en el salud de los árboles debido al cambio climático y las nuevas plagas, «hay una disminución constante en la disponibilidad de moléculas autorizadas y eficaces. Sin las alternativas necesarias y viables, es esencial solicitar una exención del uso de algunas de estas sustancias y como OI Pear nos comprometeremos a presentar las solicitudes a las instituciones pertinentes, para que el proceso se lleve a cabo lo antes posible», señalan desde el colectivo.
Lo positivo de esta situación es que las empresas se han cohesionado para trabajar conjuntamente y buscar soluciones a la pera de zonas como Emilia Romagna.