Cierto temor en los conservadores británicos por las consecuencias del Brexit. Hoy publica el semanario The Week Day que el Secretario de Estado de Asuntos Internacionales, Jeremy Hunt, admite la necesidad de extender la negociación «tan pronto como sea posible». La primera ministra británica Theresa May y su equipo saben que necesitan trabajar sobre un plan «más racional y real ya que el actual que han desarrollado no es plan», señalan desde la UE.
Y mientras tanto, los importadores británicos señalan que el precio de los productos frescos y de aquellos en los que el Reino Unido no tenga mucha alternativas se incrementarán por diferentes motivos y no sólo por la devaluación de la libra. El colectivo British Retailers Consortium ya adelantaba que el prespuesto en frutas y hortalizas durante el año post-Brexit se podría disparar hasta en 1.900 libras para una familia de cuatro miembros.
Actualmente, en la mayoría de los productos hortofrutícolas el Reino Unido no se autoabastece y necesita de los productos importados para satisfacer sus necesidades.