El temporal de lluvia que azota toda la Comunidad Valenciana unido a la falta de materias activas eficaces para combatir el mildiu están provocando mermas superiores al 80 % en la cosecha de cebolla que, según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), se han traducido en unas pérdidas económica de 7,5 millones de euros solo en la comarca de l’Horta.
Vicente Sebastià, responsable de la sectorial de hortalizas de AVA-ASAJA, ha calificado la situación de “auténtico desastre, salvo dos o tres campos en l’Horta, el resto tendrá que labrarse sin recoger ni una sola cebolla”.
Pero no sólo el temporal es el principal culpable, también el mildiu, un hongo que afecta especialmente a este cultivo y para el que el sector carece de sustancias permitidas para hacerle frente. Además, la prohibición de materias eficaces como el mancozeb provoca que los agricultores tengan que aplicar un mayor número de tratamientos con unos sobrecostes valorados en 1,5 millones de euros.
Los fungicidas “ya no sirven, nos han retirado los que funcionaban. Es una situación desesperada, muchos agricultores están planteándose no volver a plantar cebollas”, lamenta Sebastià.
Autorización del mancozeb
Pese a que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dio la razón a la apelación presentada por el grupo de trabajo sobre el mancozeb de la UE, todavía no hay autorización oficial para usarlo. Por ello, AVA-ASAJA pide al Ministerio de Agricultura que autorice el mancozeb, así como otras soluciones fitosanitarias o biológicas de contrastada eficacia, con las que controlar las plagas y enfermedades. “No tiene sentido sacar leyes contra el desperdicio alimentario y al mismo tiempo quitar soluciones fitosanitarias que provocan desperdicio alimentario”, añade Sebastià.
Respecto a otros cultivos, las lluvias son beneficiosas para las patatas, alcachofas y otras hortalizas, si bien podrían tener un efecto negativo si en los próximos días las temperaturas subieran de manera drástica. En los cítricos, solo hay que lamentar daños puntuales en algunas variedades de naranjas y mandarinas que estaban maduras y a punto de ser recolectadas.
Las precipitaciones permiten ahorrar en riegos, pero hay preocupación por posibles daños a causa del exceso de humedad en la floración. La ganadería y los cultivos de secano también reciben el agua con optimismo, sobre todo tras la dura sequía que afectó al sector hace un año.