El Índice de Precios de Consumo (IPC) refleja que en marzo solo los aceites comestibles que no son de oliva y las frutas frescas o refrigeradas bajaron de precio en comparación con febrero, el 2,9 y el 0,2 %, respectivamente.
Desde que en enero entró en vigor la decisión del Gobierno de suprimir o reducir el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) a ciertos alimentos básicos para contener la inflación, la mayoría de las categorías a las que se aplica la medida se han encarecido.
Los únicos productos que se han abaratado en los primeros tres meses del año respecto al mismo periodo de 2022 son otros aceites comestibles (-11,2 %), las pastas alimenticias y el cuscús (-2,9 %), las harinas y otros cereales (-2 %), y las legumbres y hortalizas congeladas (-1,8 %).
Las legumbres y hortalizas frescas o refrigeradas han experimentado las mayores subidas de precio tanto en tasa mensual, del 5,7 % respecto a febrero, como desde enero, del 17,7 % respecto al mismo periodo del año anterior.
En comparación con marzo de 2022, el aceite de oliva fue el producto con el IVA reducido que más se ha encarecido (+32,1 %), seguido de la leche entera (+30,8 %) y la leche desnatada (+30,3 %).
En su último paquete de medidas contra los efectos de la guerra en Ucrania, el Gobierno suprimió el IVA durante seis meses al pan común y a las harinas panificables; la leche, los quesos y los huevos, así como las frutas, las verduras, las hortalizas, las legumbres, los tubérculos y los cereales que fueran productos naturales o frescos.
Además, el Ejecutivo redujo el IVA del 10 al 5 % a los aceites de oliva y de semillas, y a las pastas alimenticias.