El pimiento es el cultivo menos afectado por los fríos y las aguas que han acompañado a los horticultores almerienses desde la noche de Reyes por la borrasca Filomena.
Es el cultivo donde se han producido menos incidencia y, por este motivo, los precios no se han disparado como en el resto de los cultivos porque los caudales de oferta se han mantenido.
No obstante, hay cuatro medidas a tener muy en cuenta para que el cultivo tenga un desarrollo vegetativo equilibrado y no surjan nuevos problemas.
1.- Cortar lo mínimo posible siempre que haya humedad relativa en el interior del invernadero para evitar acelerar la maduración del pimiento. El principal problema es la pérdida de raíz y cuando se pierde raíz, la reacción de la planta es elevar la maduración del fruto.
2.- Abrir las ventanas del invernadero a primera hora de la mañana -siempre sin viento- para evitar el efecto invernadero y captar la mayor temperatura en el exterior que en el interior de la estructura.
3.- Cerrar las ventanas cenitales por la tarde para conservar el mayor calor posible captado durante el día.
4.- Elevar los riegos si la temperatura negativa es extrema para incrementar la humedad relativa dentro del invernadero. En caso contrario, mantener los niveles de riego para mantener una humedad relativa elevada.
5.- Aplicar enraizantes y ácido húmico en el riego para elevar el nivel de materia orgánica en el suelo y provocar incrementar la temperatura del suelo.