Una menor oferta pero una demanda aumentada durante 2019 de la mano de la fresa española. La importación española fue la que satisfizo las necesidades de fresas ecológica por parte de los mercados alemanes.
La superficie alemana se redujo en 60 hectáreas por las dificultades de poder cumplir con los registros biológicos en Alemania. Los productores alemanes pusieron a disposición del mercado 350 hectáreas, 60 hectáreas menos que 2018 y una producción de 2.500 toneladas frente a las 3.214 toneladas de 2018, según adelanta Christine Rampold, analista de mercados biológicos del AMI.
Otro motivo por el que la superficie de fresa ecológica fue menor y también la oferta fue la entrada de calor, que perjudicó la normalidad de las plantaciones por segundo año consecutivo y «la entrada de duras borrascas con fuertes lluvias y granizo en algunas regiones», señala Rampold.
Estas excepciones complican el manejo de la fresa, ya que por si con alta tasa de podredumbre por lo perecedero del producto y con una complicada logística, que hace que sea difícil de manejar para los minoristas.
No obstante, la fresa biológica está fuertemente representada en el comercio orgánico y «muchas empresas y productores se han especializado en el cultivo de este tipo de categoría para vender directamente a los consumidores o en los puestos semanales de los mercados de las diferentes localidades», asegura Rampold.