Los productores de frutas y hortalizas prevén cerrar 2023 con un crecimiento del 5 % en valor de las exportaciones, entre los 16.600 y 16.800 millones de euros, en un año marcado por la sequía, las condiciones climatológicas «adversas» y la «ascendente» competencia de terceros países.
Así lo ha indicado este miércoles en un comunicado la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), en el que han enumerado los hitos que han marcado el comercio hortofrutícola durante el 2023.
En total, la federación prevé que el volumen exportado será menor que los 12 millones de toneladas de 2022, según las estimaciones de la organización basadas en datos del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales hasta octubre.
Hasta ese mes la exportación hortofrutícola se redujo un 6 % en volumen y aumentó el mismo porcentaje en valor, con un total de 9 millones de toneladas y 13.470 millones de euros, respectivamente.
Importaciones, al alza
Sobre la importación, la federación espera que se mantenga la tendencia al alza, en línea con los años anteriores; hasta octubre la compra de frutas y hortalizas ha aumentado un 8 % en volumen y un 19 % en valor, ascendiendo a 3,3 millones de toneladas y 3.638 millones de euros.
Para Fepex, este año ha estado marcado por la climatología «adversa» y, en especial, por la sequía, que ha «agravado» el problema de falta de recursos hídricos en las principales zonas productoras de frutas y hortalizas, han sostenido.
De cara al próximo, los productores han considerado «determinante» una «revisión» del marco regulador actual, tanto nacional como comunitario, porque el actual prioriza, a juicio de la federación, el control de la gestión de las explotaciones y las «tesis medioambientalistas».
También han mostrado su preocupación ante la nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que «impulsa los costes laborales» en un sector en el que la mano de obra puede suponer hasta un 45 % de los costes de producción en algunos cultivos, han anotado.
La federación ha aprovechado para recalcar su inquietud frente a la «reducción progresiva» de fitosanitarios, que afecta a los «rendimientos, la calidad y seguridad alimentaria», han concluido.
