Sánchez ha explicado que el agricultor está recibiendo hasta ahora un «precio equilibrado, por encima de los costes de producción -en torno a 1,10 y 1,15 euros/kg de media-«, lo que «está bastante bien», ya que la fruta este año es de «menor tamaño», aunque de similar calidad que la de anteriores campañas.
Ha insistido en que el retraso en la finalización de las conducciones entre los embalses de Béznar-Rules sigue siendo un freno para la expansión del sector de fruta tropical (aguacate, mango y chirimoya), que podría aumentar en 5.000 hectáreas en municipios como Motril y Salobreña.
En ese sentido, ha criticado «la falta de voluntad política» para terminar las obras hídricas en la zona.
«El chirimoyo es un árbol que precisa mano de obra durante todo el año, tanta como un invernadero», ha detallado, tras cifrar en unos 30.000 los empleos entre directos e indirectos con los que cuenta este sector.
La producción de chirimoya ocupa en la actualidad unas 3.000 hectáreas, una superficie con «leves crecimientos anuales, en torno a las 50 y cien hectáreas anuales», según sus datos.
El presidente de la DO Chirimoya ha aprovechado para «hacer un llamamiento al sector para que los productores se unan» a esta organización con el propósito de conseguir que esta fruta «deje de ser una gran desconocida en España».
De cara a los próximos meses de campaña -que normalmente finaliza en mayo- Sánchez teme que «la poca de lluvia» haga que el sector «lo pase mal», porque aunque es un cultivo en regadío «el agua del cielo es la que mejor mueve los nutrientes de la tierra».