Los productores de uva de mesa embolsada del Vinalopó (Alicante) han tenido este año una cosecha inferior a la de 2022, entre un 10 % y un 25 %, según la variedad y la zona, aunque crece la demanda de este producto para Nochevieja.
La directora de la Denominación de Origen Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó, Beatriz Rocamora, ha señalado que esta merma ha hecho que durante esta temporada se hayan recogido 36 millones de kilos, la mitad de ellos de Aledo, la tradicional uva de Nochevieja.
La denominación de origen se debe a la técnica del embolsado: «se coloca un saco de papel sobre el racimo que se mantiene hasta la cosecha», ha explicado Rocamora.
Esta bolsa permite que el grano tenga la piel más fina y sufra menos las consecuencias del clima o los ataques de los pájaros y otros animales.
En estos días, los almacenes apuran las horas para que la uva de Nochevieja esté disponible en los mercados de toda España y del extranjero.
Las personas empleadas en esa tarea, mayoritariamente mujeres, limpian los racimos para eliminar los granos que no cumplen el estándar de calidad, tras lo cual se envasan y se preparan para su distribución.
En el campo apenas quedan los últimos racimos en las vides.
Este año, la producción es corta, pero, según ha contado un agricultor de Novelda (Alicante), Enrique Sánchez, la calidad «está siendo excelente, no ha habido lluvias y no se está produciendo podredumbre».
La reducción de la cosecha y el aumento de la demanda han propiciado que este año consigan unos precios adecuados para poder seguir manteniendo los viñedos.