La pandemia ha agudizado la preocupación del consumidor por una alimentación sana, hasta el punto de lograr un aumento del consumo de frutas y hortalizas en el último año. En el caso de la alcachofa, su ingesta ha pasado de 2,5 a 3 kilos por persona y año desde el inicio de la crisis sanitaria, evidenciando la oportunidad que tiene ante sí el sector. Aprovecharla dependerá de no defraudar al consumidor, y ese es el objetivo de BASF con Green Queen F1.
El primer motivo de compra es la vista, y la calidad visual de esta alcachofa es inmejorable. “Es un producto muy uniforme, con el corazón lleno, apretado, y con muy buen color”, explica Roberto Ballester, Account Manager de alcachofa de BASF, quien insiste, además, en su calidad interna: “Sus hojas son tiernas y de gran sabor”.
Esta combinación de calidad interna y externa sostenida en el tiempo es una de las claves del éxito de Green Queen F1 en el lineal, pero no la única. “Tiene una postcosecha muy buena”, afirma Ballester, quien explica que esta beneficia, por un lado, al propio supermercado, que reduce las mermas y, con ellas, el desperdicio de producto; y por otro, al consumidor, que adquiere una alcachofa que, una vez en casa, mantiene la calidad durante días. “Esta satisfacción del consumidor evita reclamaciones”, apunta Ballester.
Green Queen F1 no se pardea, mostrando siempre una apariencia fresca que garantiza la repetición de compra y, con ella, la rotación en el lineal. De este modo, BASF contribuye a reducir el desperdicio, haciendo la cadena de valor agroalimentaria aún más sostenible.
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