La presencia de biodiversidad en el interior y exterior de los invernaderos proporciona un beneficio directo en la protección de los cultivos y reduce hasta un 57 % la presencia de plagas de forma completamente natural, según un estudio realizado por el centro IFAPA de La Mojonera.
“El uso de diferentes especies vegetales autóctonas y arbustivas, que no transmiten virosis, proporciona refugio natural a multitud de especies de diferentes enemigos naturales de las plagas, por lo que las plantas refugio y los setos vegetales constituyen el eje central de una estrategia de control biológico conservativo a largo plazo que ejerce su función beneficiosa durante todo el año”, ha explicado Estefanía Rodríguez, investigadora del centro IFAPA de La Mojonera, durante su intervención en la jornada técnica organizada por Koppert para difundir consejos dirigidos a aprovechar al máximo los beneficios de la biodiversidad como una parte más de las estrategias de control biológico de plagas.
La importancia de utilizar todos los recursos naturales disponibles contra las plagas “es algo necesario e imprescindible, si tenemos en cuenta que, en los últimos cinco años, las plagas invasoras han causado daños superiores a los 200 millones de euros en cultivos de toda España”, según la investigadora de IFAPA.
“El dato más positivo es que la presencia creciente de biodiversidad, según hemos constatado en el campo, está incrementando la presencia de enemigos naturales que aparecen en el cultivo de forma espontánea y que contribuyen activamente al control de plagas”, ha confirmado Estefanía Rodríguez.
Plantas atrayentes
En la jornada celebrada este jueves en el Teatro Municipal de El Ejido, el director técnico de Koppert en Almería, Julián Giner, ha explicado que las plantas refugio proporcionan polen y néctar, es decir, garantizan el agua, los azúcares y las proteínas que los enemigos naturales necesitan para sobrevivir en ausencia de plaga.
“Es muy importante mantener niveles altos de humedad en el invernadero y no arrancar las plantas refugio para desinfectar la finca, ya que la presencia de biodiversidad es perfectamente compatible con la solarización”, según Giner.

Entre las plantas refugio más utilizadas en los invernaderos, destaca la Lobularia marítima, que atrae el trips, pero también atrae avispas parásitas y depredadores generalistas. Los tagetes repelen nematodos y plagas como la mosca blanca, mientras que la Celosía plumosa es atrayente de Orius. Por su parte, el hinojo ayuda a controlar el micropulgón, además de ser un reservorio natural de sírfidos y crisopa.
Por su parte, el concejal de Agricultura de El Ejido, Manuel Martínez, ha recordado que actualmente la ordenanza municipal de invernaderos obliga a que el 1 % de la superficie libre de ocupación de la finca se dedique a la colocación de infraestructuras verdes con plantas autóctonas.
“La normativa contempla que deben ser plantas procedentes de viveros, que no sean especies reservorios de virosis y que tengan floración durante todo el año”, según Martínez, quien ha anunciado que el área de Agricultura del ayuntamiento ejidense trabaja ya en actualizar esta normativa con el objetivo de incrementar la colocación de setos en el 100 % de las explotaciones bajo plástico censadas en el municipio.