El limón se ha convertido en un valor estable dentro de la tormenta de la oferta ‘bio’ a nivel mundial, donde las categorías no de primera necesidad se descuelgan de los lineales de las cadenas y del interés de los ejecutivos de la distribución, siempre centrados en dar el máximo rendimiento a los metros cuadrados de un lineal.
«La demanda del limón ‘bio’ se encuentra completamente estabilizada, porque es un producto que sirve de complemento en la alimentación y porque hay varios destinos europeos que tienen una tradición de usar el limón y su cáscara para la pastelería», señala Juan Antonio Martínez, director de Toñifruit, una de las grandes productoras de limón ‘bio’ en la Unión Europea.
Los datos, que adelanta la revista F&H en su próxima edición de noviembre, apunta que la demanda de limón ha superado por primera vez al consumo de naranjas en Alemania y Austria durante 2022, y hoy es una categoría más expuesta en el lineal de las cadenas que la propia naranja ‘bio’.
Martínez señala que actualmente no es fácil acceder a nuevos mercados, ya que «no observamos que el limón ‘bio’ pueda crecer fuera de mercados ya consolidados por motivos culturales o gastronómicos. No observo más posibilidades en nuevos mercados», recalca el presidente de Toñifruit.
Toñifruit-Albentillas
Por cierto, la firma Toñifruit ha firmado un acuerdo de integración con la almeriense SCA Albentillas, por la que la empresa murciana gestionará comercialmente la oferta de la firma almeriense, cifrada en unas 4.000 toneladas entre naranja, clementina, pomelo y limón de carácter ecológico.
«Con este incremento de volumen consolidamos nuestra presencia en la red de clientes actual y disponemos de un mayor abanico de productos para ofrecer a la clientela», recalcó Martínez.