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Internacional

GLOBALG.A.P. se acerca a la realidad productiva de Colombia, Francia y Bélgica

Tres delegaciones visitaron distintas fincas en estas zonas de producción para conocer de primera mano la implementación de sus protocolos y las dificultades y beneficios que entrañan para los productores.

Delegaciones de GLOBALG.A.P. visitaron el pasado mes de julio plantaciones certificadas de Physalis en Colombia, tomates y hortalizas en Bélgica, y huertos de manzanos y peras en Francia.

Estas visitas, según han afirmado desde GLOBALG.A.P. en un comunicado, supusieron una oportunidad para sus representantes de «sumergirse en las realidades diarias que enfrentan estos diversos productores y construir relaciones significativas con los agricultores que trabajan para cultivar alimentos de manera responsable».

De este modo, Elmé Coetzer-Boersma, directora general de GLOBALG.A.P. c/o FoodPLUS GmbH, fue con un equipo a visitar a los productores en Francia. Para ella, poder hablar cara a cara con los agricultores le brindó una oportunidad para un valioso intercambio bidireccional de información.

«Los productores pueden compartir sus inquietudes y sugerencias directamente con nosotros», explicó. «Pero lo más importante es que el equipo puede reunirse con los productores y ver cómo implementan localmente el estándar. De este modo, ambas partes pueden encontrar oportunidades de mejora», detalló.

Visita a Colombia

Por su parte, Leonardo Ferrer, gerente técnico de cuentas clave para Colombia y Panamá, visitó fincas en Colombia.

«El primer beneficio de estas visitas es conocer el esfuerzo que realizan los productores en la implementación de nuestras soluciones y tener contacto directo con ellos para recibir retroalimentación sobre sus procesos», apuntó.

De este modo, «podemos elaborar estándares relevantes adaptados a las realidades a nivel de finca».

Para GLOBALG.A.P., la retroalimentación de los productores es «incalculable», como su esfuerzo constante por mantener los estándares de la marca a la vanguardia de las condiciones ambientales, legislativas y sociales actuales.

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Productor en Colombia.

A menudo, GLOBALG.A.P. recoge estos aportes a través de eventos de ‘networking’ como ferias comerciales, conferencias y paradas de giras, o en eventos como el próximo evento GLOBALG.A.P. SUMMIT 2024, que está previsto para septiembre en Varsovia (Polonia).

Sin embargo, las visitas a fincas siguen siendo la mejor oportunidad para que sus expertos aprendan directamente de los productores cómo apoyarlos mejor y capacitarlos con estándares para prácticas agrícolas responsables.

«Las relaciones humanas son herramientas estratégicas para la resolución de problemas, más aún en la era de la Inteligencia Artificial», explica el miembro del Consejo Asesor de GLOBALG.A.P. Alessandro Dalpiaz.

«Escuchar las prioridades reales del lado inicial de la cadena de suministro, como ocurrió en Francia, puede hacer que GLOBALG.A.P. se acerque a los productores, haciendo que este esquema de certificación sea más equilibrado, realista e inclusivo», detalló.

Experiencia en Bélgica

Por último, Nolan Quirós, experto técnico sénior de GLOBALG.A.P., formó parte del equipo que visitó fincas en Bélgica. Explicó que otro beneficio de estas visitas es tener una idea real de qué tan bien trabaja GLOBALG.A.P. «Las soluciones funcionan en condiciones del mundo real», apuntó.

«Los agricultores no sólo son parte de nuestros principales grupos de interés, sino que también son sujetos de nuestros instrumentos de aseguramiento», afirmó y añadió: «Tenemos productores en nuestros Comités Técnicos que nos ayudan aportando perspectivas a la hora de redactar los estándares. Sin embargo, hablar con los agricultores en la finca donde se aplican los instrumentos de aseguramiento da una visión completamente diferente sobre cómo los instrumentos alcanzan o no los objetivos que GLOBALG.A.P. pretende lograr«.

Las visitas a granjas también ayudan a los equipos a descubrir lagunas y debilidades en los estándares de GLOBALG.A.P. más rápidamente que a través de las auditorías.

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Visitan a una finca de tomate en Bélgica.

Quirós continuó explicando cómo estas visitas pueden identificar los puntos débiles que experimentan los productores cuando las condiciones cambian rápidamente. «Estas visitas nos muestran cuán cambiante está el mundo de la agricultura y cómo los agricultores deben adaptarse a esos rápidos cambios; migración, falta de mano de obra, cambios en los precios de los recursos, en las regulaciones ambientales, en los requisitos de los compradores…».

Los equipos visitantes pueden, además, observar estos cambios a medida que se producen y encontrar alternativas a los requisitos de certificación que se están desviando del objetivo o se están volviendo demasiado complicados.

Comprensión y empoderamiento

Ferrer mencionó cómo las recientes visitas a las granjas también ayudaron a generar un aprecio renovado por los agricultores y el desafiante trabajo que realizan.

«Visitar fincas certificadas nos da la oportunidad de conocer de primera mano los procesos productivos del nivel primario, conocer a la gente de las fincas y la idiosincrasia de los trabajadores, de una región o de un país. Y tenemos la oportunidad de ver desde otro punto de vista el esfuerzo que hace el productor para cumplir con los requerimientos del mercado», explicó.

«Es importante que, como empresa, podamos estar en contacto directo con los productores», insistó Ferrer, quien apunto que, «de esta manera, generamos un sentido de asociación y colaboración».

«Estas visitas conducen a una mejor comprensión mutua», señaló Coetzer-Boersm, quien concluyó: «Si estas visitas sirven para escucharnos unos a otros, será más fácil llegar a acuerdos y encontrar mejores soluciones».