Exportadores de Turquía, Egipto e Irán han suspendido sus envíos de frutas y hortalizas a Rusia en las últimas semanas como consecuencia de la devaluación del rublo.
Según publicó recientemente East Fruit, “Rusia está experimentando actualmente una inflación galopante”, que suma, según fuentes oficiales, un 7,4 % en lo que va de año. Los economistas, sin embargo, apuntan a que “la inflación real podría llegar al 40-60 %”.
Entre los productos cuyos precios se han incrementado más destaca la patata, con un encarecimiento del 350 % en el último año, u hortalizas como el pepino, cuyo precio casi se ha triplicado con respecto a 2023.
Esta “inflación galopante”, unida a la devaluación el rublo, que a finales de la pasada semana alcanzó un valor de 116 rublos por euro, están provocando, según East Fruit, “la cancelación de contratos” de frutas y hortalizas, así como la “renegociación de precios”, que complican aún más la situación.