Y es que, este sistema de producción a baja escala, donde se pueden sembrar varias especies de hortalizas, aunque son básicamente para el autoconsumo, también contempla en su salida comercial para la venta ambulante una buena vía para hacer negocio.
El abanico de cultivos en muy amplio, entre 25 a 30 tipos de hortalizas diferentes se cosechan en los huertos familiares españoles, no obstante, sobresale la oferta de tomate, lechuga, cebolla y pimiento. “Productos por excelencia para confeccionar una ensalada, amén de que el pimiento también se puede usar para conserva (pimiento del piquillo) y para frito”, explica Dionisio Leza, delegado comercial zona Norte-Valle del Ebro de Ramiro Arnedo.
El tomate es el cultivo preferido por los agricultores españoles. En efecto, cuenta con una superficie de 9.677 hectáreas. Andalucía y Cataluña, por este orden, son las comunidades autónomas que contemplan mayor extensión plantada.
Más información en el número 424 de la revista FYH.