España vive una coyuntura de exceso de oferta de patata a lo que se une la entrada de la patata importada.
Según varios testimonios recogidos por AVA-ASAJA, los precios ofrecidos por el comercio bajan de los 20 céntimos por kilo, cuando «solo la recolección supera los 6 céntimos» y los supermercados venden las patatas a precios medios de 80 céntimos el kilo, cuatro veces el precio.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha apelado a la responsabilidad «de la gran distribución y de los consumidores para primar el producto de proximidad a precios justos» en lugar de ser sustituido por importaciones «con una gran huella de carbono venidas desde países de ultramar»
Aguado ha defendido que las cadenas alimentarias deben apostar por la sostenibilidad ambiental y evitar una estrategia «incoherente e incompatible» a causa de la compra de productos de países lejanos.
Uno de los problemas que han recogido a nivel medioambiental es que los envíos de los productos generan emisiones contaminantes durante su transporte marítimo y se suelen emplear materias activas fitosanitarias prohibidas en la agricultura comunitaria, además de apelar a la calidad del producto.
«El producto foráneo no tiene la frescura, la calidad y la seguridad alimentaria que sí garantiza el nuestro, además de que al consumidor no le llega barato», ha afirmado Aguado.
«Los abusos de la cadena alimentaria no se resolverán mientras la clase política siga permitiendo e incluso impulsando la introducción de todas las importaciones que entran», según el presidente de AVA-ASAJA.