La fresa sigue teniendo un marcado carácter temporal entre los consumidores italianos. Cuando finaliza la campaña italiana en el mes de junio, el consumo se desploma y las cadenas van retirando la intensidad de la categoría en sus lineales, porque los italianos pierden interés por el producto.
Los hogares italianos consumieron 93.000 toneladas de fresas durante 2021, lo que supuso un incremento del 4 por ciento con respecto a 2020.
Y este incremento en la demanda se produjo a pesar de que el precio se elevó un cinco por ciento y quedó fijado en 4,20 euros, según la consultora GfK.
El precio más elevado estuvo en los supermercados -4,49 euros por kilo-, que elevó su precio de referencia en un seis por ciento y a pesar de este incremento mantuvo la mayor cuota de mercado, según se recoge en la edición de marzo 498 de la revista F&H, así como toda la cuota de mercado de la fresa de toda la red italiana de distribución.
El consumo volvió a crecer en 2021 tras un 2020 donde la demanda cayó de media por debajo de los tres años. Italia es especialmente tradicional en la demanda de fresa, ya que «el 90 por ciento del consumo se concentra entre marzo y junio. En ese periodo, consumimos 84.000 toneladas», adelanta Elisa Macchi, directora del Centro Servizi Ortofrutticoli (CSO).