A diferencia de la mayoría de países europeos, el consumo de fresas y frutos rojos ha avanzado firme en Francia desde 2020. De hecho, sus importaciones han crecido progresivamente, sobre todo de frambuesas.
Tanto es así que los datos del Trademap muestran un incremento del 7,7 % de las compras francesas de este berry, y España se mantiene como su principal proveedor.
“Las cantidades compradas por los hogares se han acelerado en los últimos años”, afirman desde Interfel, y explican que lo han hecho “impulsadas por la expansión de la base de clientes”. De este modo, en 2021, la frambuesa había entrado en el 24 % de los hogares franceses frente al 15 % de hacía 10 años. Y la tendencia se mantiene.
En fresa, el francés es ya un mercado maduro, tanto que el 73 % de los hogares la compra, al menos, una vez al año. El consumo per cápita, por su parte, ronda los 1,5 kg anuales.
Por último, en arándano, su consumo se mantiene al alza y, de hecho, desde 2017, se ha multiplicado por seis en volumen. Sin embargo, con apenas 14.538 Tn importadas, sigue lejos de otros países como Ale- mania (más de 74.000 Tn importadas) o Reino Unido (más de 63.000 Tn).
España y Marruecos, junto a Bélgica en fresa y Portugal en arándano y frambuesa se reparten la cuota ‘import’ en Francia, un destino que prima la cercanía. De hecho, en mayo y junio, coincidiendo con la campaña de fresa nacional, el producto local lidera las ventas. Y lo mismo ocurre entre abril y septiembre con la frambuesa, aunque los volúmenes franceses aún distan mucho de la demanda.
