Dinamarca sigue estando a la cabeza mundial en el consumo de alimentos orgánicos, como se desprende en el informe ‘El mundo de la agricultura orgánica: estadísticas y tendencias emergentes’, dado a conocer ayer.
Los datos son de 2022, último año disponible, y demuestran que «los daneses todavía tienen ventaja a la luz de la crisis energética y la inflación», señala Dennis Hvam, director de mercado internacional de la Organic National Association.
El informe señala que los daneses compraron productos ‘bio’ por valor de 364,7 euros al año, de los que casi el 30 por ciento corresponden a frutas y hortalizas. No son los europeos de mayor gasto, ya que Suiza está por encima al sumar casi 437 euros al año.
El peso
2022 no fue un año sencillo para la realidad ‘bio’, hasta el punto de que muchos mercados retrocedieron el espacio de la alimentación ‘bio’. Dinamarca fue uno de estos destinos, ya que perdió un punto de peso, ya que pasó del 13 por ciento en 2021 al 12 por ciento en 2022.
La mayoría de los destinos han perdido peso y espacio. Las ventas ‘bio’ han sufrido descensos en la mayoría de los destinos nórdicos. En el mercado sueco, el espacio ‘bio’ ha retrocedido más de medio punto y hoy el 8,2 por ciento de los productos son ‘bio’, frente al 8,9 por ciento de 2021.
Lo mismo ocurre en Alemania y Francia, como locomotoras del ‘bio’. Las ventas en Alemania se han desplomado medio punto y la gama ‘bio’ en alimentación cerró 2022 más cerca del seis por ciento, que del siete por ciento de 2021.
Francia cierra igual que Alemania, con un descenso del espacio ‘bio’, ya que se pasa del 6,6 por ciento en 2021 al 6,1 por ciento en 2022.
