Pese a que la alcachofa está sufriendo de «forma circunstancial» los efectos de la menor actividad en el canal horeca (hostelería, restauración y cafeterías), «las bondades y virtudes de este alimento» ha propiciado que su consumo crezca desde los 2,5 kilos a los 3 kilos per cápita en los últimos doce meses.
Así lo ha asegurado a Efeagro el presidente del Consorcio Alcachofa de España, Antonio Galindo, quien relaciona el aumento de ventas en este periodo a que la pandemia ha acelerado la búsqueda de «alimentos realmente saludables» por parte de un consumidor que también tiene como referente la dieta mediterránea.
«Tradicionalmente, su consumo se centraba en las zonas de producción, pero ahora muchas otras partes del país, sobre todo algunas del norte, se han sumando a esa tendencia», ha añadido.
A su juicio, la mayor ingesta de este producto milenario «no se debe a que esté de moda, sino a que forma parte de una dieta respetuosa», a la que cada vez se suman nuevas generaciones de consumidores.
En España, hay 14.000 hectáreas dedicadas a su producción, que se extiende a lo largo de todo el año.
De ellas, 6.000 ha se reparten en el Campo de Cartagena y el Valle del Guadalentín (Región de Murcia); 2.500 ha por la Vega Baja de Alicante; otras 1.000 ha por Navarra, donde se encuentra la indicación geográfica protegida (IGP) Alcachofa de Tudela, y el resto, por Andalucía, Cataluña y Madrid, principalmente.
Tudela y el resto de Navarra produce en octubre y noviembre, y luego retoma campaña desde febrero hasta mayo; en noviembre, comienza la de la Vega Baja alicantina y Murcia, y cuando llega el calor estival, las «alcachofinas» de Zafarraya (Granada), cultivadas a 1.200 metros de altitud, toman el relevo, ha detallado Galindo.
Gran parte de la producción -en torno al 70 %- se comercializa en conserva y Francia es el principal mercado de exportación de un producto que este año está registrando en origen «mejores precios y rentabilidades que en 2019».
Los principales mercados competidores son el italiano y el francés para la alcachofa en fresco, y Perú, Egipto e Israel para la de conserva.
Según ha destacado Galindo, Alcachofa de España va a concretar en breve la hoja de ruta de la política promocional que sus asociados -empresas de semillas, productores, comercializadores, industria y restauración- van a desarrollar durante 2021 y que buscará concienciar al consumidor en los beneficios de comprar «un producto de cercanía, del país».
Respecto a la creación de valor en la cadena alimentaria, ha asegurado que la formación del precio de la alcachofa a lo largo de los diferentes eslabones «es correcta» y obedece a la ley de la oferta y la demanda.
Al sector de la alcachofa tampoco le preocupa de una forma significativa las consecuencias de una salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) sin un acuerdo comercial, ya que este mercado no se encuentra entre los primeros destinos de la producción española.
Sobre la batalla arancelaria entre Estados Unidos y la UE a raíz de las ayudas a Boeing y Airbus, el presidente de Alcachofa de España ha recordado que durante la Administración de Donald Trump las tarifas de entrada para este producto español incluso bajaron, un capítulo que ahora toca renovar.