La pandemia de Covid-19 dejó expuestas las fortalezas de los sistemas agroalimentarios del Mercosur, que de todas maneras tienen por delante una agenda de transformaciones para asegurar su sustentabilidad y su resiliencia de cara al futuro. Ese fue uno de los consensos alcanzados en la jornada de cierre del seminario organizado en conmemoración de los 30 años del bloque comercial sudamericano, cuya Presidencia Pro Témpore ejerce la Argentina.
El encuentro virtual sirvió para intercambiar reflexiones y, especialmente, experiencias de distintos países, ya que participaron representantes de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile, Perú y México. La organización estuvo a cargo de los ministerios de Desarrollo Social, Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, y Agricultura, Ganadería y Pesca de la Argentina, junto al Instituto Social del Mercosur y al Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
“Nuestra región tiene muchísimo para ofrecer, en materia de experiencias, tecnologías y desarrollos en sistemas alimentarios seguros y sostenibles, lo que no quiere decir que no tengamos problemas. Hacemos un gran esfuerzo para transformar nuestra agricultura en productos de mayor valor agregado y mayor valor de mercado”, dijo el canciller argentino, Felipe Solá.
El ministro de Relaciones Exteriores, quien en el pasado fue secretario de Agricultura, consideró que los dos grandes debates mundiales actuales son cómo erradicar la pobreza y el hambre, que constituyen también los primeros Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por Naciones Unidas. Sin embargo Solá consideró que esas cuestiones tienen más que ver con la demanda que con la oferta de alimentos.
“Durante la pandemia –afirmó-, mientras la agricultura, la ganadería y la pesca mantenían sus niveles de producción, los consumidores retrocedían socialmente. Hoy tenemos más pobres y ya teníamos demasiados antes de la pandemia. El principal problema es la sustentabilidad de las personas más que de los sistemas agrícolas o de la pesca. Queremos hacer una agricultura cada vez más sustentable, pero eso no asegura que los alimentos lleguen a las personas que los necesitan con los precios que deberían tener”.
Vanesa Wainstein, asesora especial para Asuntos Internacionales del Ministerio de Desarrollo Social argentino, advirtió que “la pandemia ha repercutido con fuerza en América Latina en general y en el Mercosur en particular. Es menester instalar nuevas agendas y repensar los esquemas de cooperación e integración regional. Tenemos un consenso con los países de la región acerca de que debemos impulsar políticas sociales sustentables, que garanticen la seguridad y la soberanía alimentarias”.
Por su lado, Caio Rocha, Representante del IICA en la Argentina, puntualizó que, cuando se habla de sistemas agroalimentarios sostenibles, la referencia no es solamente a las producciones agrícolas, sino también a cuestiones como la distribución, el transporte, el almacenamiento y el comercio, que permiten hasta llegar al consumidor con productos saludables.
“La reconstrucción de la economía post-Covid –afirmó Rocha- nos ofrecerá la oportunidad de cambiar los sistemas agroalimentarios con el objetivo de erradicar el hambre y transformar nuestro planeta en uno más sustentable. Para ello, no podemos pensar en sistemas alimentarios sin pensar antes en los productores agropecuarios. La agricultura es parte de la solución y no de los problemas, pero debe apoyarse en la ciencia y la tecnología, que son los insumos fundamentales para la generación de políticas públicas”.