Y es que las sandías de contraestación no son económicas y el mercado europeo está apostando por cítricos, manzanas y bananas por la crisis del Covid 19.
Por este motivo, los exportadores de Costa Rica han decidido dejar de enviar unos 1.500 contenedores por el pobre mercado europeo. «Son los propios clientes los que nos están advirtiendo que la sandía no tiene mercado ahora», señala Agustín Peñón al diario costarricense Extra.
De hecho, los importadores europeos «están reteniendo los pagos ante la falta de liquidez económica», desvela Peñón.
Un 25 por ciento de la cosecha está en el aire porque no hay salida en el mercado local, ya que los supermercados y los tenderos están repletos de sandías, hasta el punto de que el precio ha caído y se está regalando sandías por comprar otros productos. En el mejor de los casos, los productos cayeron a la mitad en el comercio doméstico.
La demanda de sandía de contraestación cayó un 30 por ciento en Europa. Costa Rica cuenta con 5.300 hectáreas de melón y sandía, lo que supone una carga de 7.500 contenedores.
Sobre 1.100 hectáreas se darían por perdidas y lo único que se pide es que las instituciones compran melones y sandías para hospitales, colegios o cantinas de la administración.