Así lo han subrayado la directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria, Isabel Bombal, o el secretario general técnico de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), Felipe Medina, en sus intervenciones en el seminario web «Agricultura, alimentación y COVID-19: Desafíos y oportunidades».
Bombal ha recalcado que «no hubiera sido posible abastecer a todos los ciudadanos de alimentos, sanos, variados, seguros, de calidad y a precios razonables si no hubieran trabajado cooperando todos los eslabones de la cadena».
Sin olvidar, como ha recordado, las dificultades que algunos sectores agroalimentarios, sobre todo los enfocados al canal Horeca (hostelería y restauración), que en muchos casos han «reaccionado muy bien ante los estímulos que la sociedad les demandaba», dados los cambios de consumo y gasto.
Aun así, antes de la crisis del coronavirus ya había «problemas estructurales», según Bombal, quien ha señalado que no hay que «perder de vista» cuestiones como la atomización, los precios bajos en origen o la falta de incorporación de jóvenes y mujeres al mundo agrario y rural.
La digitalización e innovación son también «estratégicas» y «herramientas esenciales» en esta crisis y deben potenciarse entre administraciones públicas y entidades privadas para «asegurar un futuro viable» del medio rural y el sector», ha apuntado Bombal, tres subrayar que hay que perfeccionar la producción para que se pueda conciliar el trabajo con la vida en el campo.
Por su parte, Felipe Medina ha incidido en la importancia que ha tenido el «modelo de proximidad» en alimentación que hay en España, que se refleja en la cantidad de supermercados y comercios especializados (carnicerías, pescaderías…) y que han permitido a los ciudadanos reducir los trayectos al mínimo a la hora de comprar.