La Asociación de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) ha mostrado su rechazo a la proposición no de ley aprobada el pasado viernes por el Parlamento canario y en la que fija un máximo de 65.000 kilos por hectárea el derecho a las ayudas para la producción de plátano al entender que es «una gran equivocación».
Asprocan, en un comunicado, indica que la comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca del Parlamento «en connivencia» con el consejero del área, Narvay Quintero, han aprobado esta iniciativa que incluye dos enmiendas que «dividen al sector y vulneran las peticiones que las Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias habían traslado por acuerdo a los grupos políticos».
Añade que la PNL sale adelante a pesar de incluir en la exposición de motivos datos que son «cuestionables», y lamenta que se aprobara en el último momento una enmienda «in voce sin mayor consideración ni conocimiento sobre su repercusión, las medidas más complejas».
Para los productores, a los problemas que acarreará esta acción realizada de forma precipitada, se une una consecuencia más perniciosa aún ya que en su opinión, trata de dinamitar la unidad del sector.
En la nota, Asprocan explica que conoció en las horas previas a la aprobación de la PNL la iniciativa de nuevas enmiendas de último minuto, por lo que trasladó a los grupos políticos la propuesta de un aplazamiento para que se pudieran exponer datos y argumentos objetivos.
«Lo mínimo exigible era contrastar con los productores el impacto que provocarán esas propuestas de última hora. Sin embargo, la demagogia y el deseo de dar una lección que se desprende de las intervenciones de varios de los portavoces en la Comisión terminaron imponiéndose» señala la nota.
Agrega que adoptar en apenas una hora enmiendas que afectan a un muy amplio número de productores y trabajadores del sector «fue un acto irresponsable. Hacerlo, además, desoyendo a las organizaciones de productores que los cohesionan a todos, una temeridad».
Especifica que las medidas de último minuto consistieron en una mayor reducción de los límites de producción y en la concreción de fórmulas a juicio de los productores, desincentivadoras del mantenimiento de las explotaciones.
Asprochan entiende que estas medidas se defendieron por los grupos políticos basándose en el argumento de que eran estas las que necesitaban los productores más pequeños y señala que no se expuso «ni un solo dato» para demostrar este supuesto propósito.
Según afirma, los detalles relativos a la pérdida de agricultores a lo largo de los años que se indica como motivación de la PNL, ignoran «intencionadamente» los procesos de actualización de registros para eliminar productores fallecidos, o la alta concentración en sociedades familiares de estos.
«Los portavoces fueron confundidos en los argumentos y en las propuestas, lo que derivó en una irresponsable toma de decisiones«, añade la nota, que lamenta que se quiera abrir la brecha entre productores “grandes” y “pequeños”, “tradicionales” o “no tradicionales”, o entre islas mayores y menores.
Indica que las afirmaciones de los grupos respecto a que sus medidas “garantizarán el futuro de las pequeñas explotaciones” haciendo recuperar la rentabilidad del POSEI y eliminando la mal llamada “pica” (el término correcto es “retirada de mercado”), levantan falsas expectativas y considera que estas medidas no dejan de ser fuego de artificio ante lo que realmente necesita el sector: una actualización urgente del nivel de ayudas.
Insiste en que dividir al único sector agrícola que mantiene una cohesión regional generará mucho más daño que el medio céntimo por kilogramo de plátano que, en el mejor de lo casos y gracias a estas medidas, una parte del sector restará a otra parte para tratar de afrontar una inflación del 30% en dos años.
Asprocan considera que tampoco se eliminarán las medidas de retirada de mercado propias de todos los sectores agrícolas en la Unión Europea y que salva e la quiebra «quienes más lo necesitan cuando más lo necesitan».