Así lo ha asegurado su director general, Joan Mir, quien ha precisado que Anecoop, con sede en Valencia pero con presencia a nivel nacional e internacional, está «en la misma situación que otras muchas empresas españolas».
«En este momento, en Anecoop estamos totalmente volcados en ayudar a la crisis humanitaria, mandando productos, acogiendo a gente en Polonia y preparándonos para mandar fruta gratis cuando haya albergues«, ha señalado Mir.
Según ha indicado, «todas las empresas que estamos trabajando tenemos unos riesgos y hay una gran preocupación en todos los sectores y empresas».
Mir ha recordado que en 2014 perdieron el mercado ruso por el veto hacia los frescos, que suponía para la entidad casi 30 millones de euros, y Anecoop «los absorbió», buscó otros destinos, «las otras empresas hicieron lo mismo y al final hubo más productos y más competencia en la Unión Europea, se bajaron los precios y fue una crisis que tuvimos un par de años».
También el pasado 1 de enero hubo un embargo alimentario de seis meses por parte del Gobierno de Bielorrusia a los países de la Unión Europea, en el que prohibieron las hortalizas, frutas y cítricos europeos.
Según Mir, en este momento el escenario de Anecoop es que han perdido las ventas de Bielorrusia, que son entre siete y ocho millones, la venta de vino, que suponen otros siete u ocho millones, y tres millones por la venta en Ucrania de fruta, hortalizas y vinos.
«Este año, Anecoop ha perdido mercado por un valor de unos dieciocho millones de euros debido a la guerra, cantidad que supone cerca de 1,20 por ciento de nuestra facturación», ha indicado.
El director general de Anecoop ha destacado que la cooperativa tiene «un gran prestigio» en Rusia, donde hay una filial en la que trabajan cinco personas y que permanece abierta.
Según Mir, «en 2014 se perdieron 30 millones al perder el mercado ruso y Anecoop, con unas cifras menores, siguió actuando con normalidad; ahora, la cifra de pérdidas es mucho menor y Anecoop, más grande«.
También ha explicado que en la filial polaca trabajan 34 ucranianos y durante toda la semana han montado un dispositivo entre el personal para ayudar a la gente desplazada.