La producción de alimentos mundial tiene que incrementarse un 70 %, pero sin aumentar la cabaña ni el suelo disponible, garantizando la sostenibilidad.
La invasión de Ucrania ha puesto de manifiesto la necesidad de no poder depender de recursos fósiles de países que no ofrecen una seguridad de abastecimiento, aspectos en los que el desarrollo de fertilizantes orgánicos es el principal reto para aportar soluciones factibles.
Son algunos de los aspectos que se han puesto de manifiesto durante la inauguración del I Encuentro Renowagro, Recursos orgánicos para la sostenibilidad del sector agroalimentario, organizado por el Grupo Térvalis, en la que han participado el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, el presidente de Aragón, Javier Lambán, y el director de I+D+i de Fertinagro Biotech, Sergio Atarés.
Tiempo
En EEUU «se tardaron 60 años en sustituir los mulos por tractores», ha subrayado Atarés para recordar que los retos que tiene que afrontar en la actualidad la agroalimentación tienen como plazo 2030, fecha para la que se habrá tenido que descarbonizar el 55 % de la producción y reducir un 30 % el uso de nitratos.
«Las soluciones están, lo que hay que ganar es escala y aplicarlas en el territorio», ha apuntado Atarés, quien ha citado el proyecto que se va a poner en marcha en la comarca aragonesa de las Cinco Villas, y que tiene como objetivo minimizar el uso de recursos fósiles mediante el aprovechamiento de los componentes beneficiosos de los purines y el estudio de los suelos, con el fin de «allanar el camino» y que «todos se unan en el proceso de transición alimentaria».
Se busca, dentro de la lógica de la economía circular, evitar el mayor coste económico y ambiental del uso de los transportes y aprovechar los recursos endógenos, explicó Atares.
En esta reunión, ponentes de diferentes países explicarán cómo la bioeconomía circular en la gestión de los recursos orgánicos puede permitir conseguir una mayor rentabilidad económica, ambiental y social para el sector agroalimentario y la economía en general.
Y es que, como ha puesto de manifiesto el ministro, de lo que se trata es lograr que los procesos «sean eficientes, viables y seguros» y para ello se requiere de investigación, asesoramiento y de las mejores técnicas disponibles que garanticen un aprovechamiento de los lodos, estiércoles y purines sin generar una contaminación nociva y que permitan disponer de fertilizantes «en cantidad suficiente y a precios razonables».
Hojs de ruta
Planas ha explicado que el ministerio trabaja en la elaboración de una hoja de ruta de los fertilizantes que se presentará antes de final de año y que recogerá medidas que tienen dos objetivos primordiales, asegurar el abastecimiento de estos productos a corto y medio plazo, y reducir la dependencia energética y de materias primas en su fabricación.