Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha hecho un seguimiento de dos años, entre marzo de 2019 y febrero de 2021, del apiario experimental UABee, inicialmente formado por seis colmenas pobladas con abejas ibéricas (la raza autóctona española Apis mellifera iberica).
Se trata del primer colmenar plenamente monitorizado de España que está siendo seguido tanto por métodos manuales como por sensores, en el que los investigadores registran el peso, las incidencias, capturan imágenes de la actividad de las abejas y relacionado todo ello con la meteorología.
El estudio se ha completado con el análisis del polen y de la procedencia del néctar utilizado para producir la miel.
Los datos muestran que el peso de las colmenas y la actividad de las abejas en condiciones mediterráneas periurbanas (el apiario está en una zona boscosa del campus de la UAB en Bellaterra) aumenta con la temperatura en invierno y primavera, pero disminuye en verano y después de las cosechas de miel, con mínimos al inicio del otoño.
Por ello, los investigadores recomiendan a los apicultores hacer cosechas tempranas en primavera para permitir que las abejas aumenten sus reservas de miel y polen para pasar el verano e invierno.
El estudio muestra también cómo la conducta de las abejas obreras que recolectan polen y néctar depende de la temperatura, con un máximo de actividad a 19,4°C, y disminuyendo mucho si la temperatura se reduce a menos de 7°C o aumenta por encima de los 31°C.
La mortalidad de colmenas protegidas contra el ácaro varroa fue de un 17 % anual (1 de cada 6 colmenas), por debajo de la media española, y los ataques de avispas velutinas, avispa asiática, constituyeron la mayor amenaza entre los meses de junio y noviembre.
Según el estudio, la avispa asiática limita la salida de las abejas durante todo el día y fue responsable de una tercera parte de las bajas totales de colmenas, por lo que instalaron arpas eléctricas como protección, que abatieron más de cuatro velutinas al día, aunque con efectos colaterales en las propias abejas y en otras especies.
Con estas medidas, la producción media de miel fue de 13 kilos por colmena y año, situada entre la media española (10 kg) y la europea (15 kg).
«Gracias a la monitorización con sensores de peso, temperatura y sonido se ha podido identificar las colmenas que tenían problemas o aquellas en las que las abejas se estaban marchando, recuperando los enjambres para así reforzarlas y mantenerlas activas», ha explicado el director del proyecto, Gerardo Caja.
«Todo indica que en España y Europa se está frenando el declive de las abejas domésticas. Con buen manejo y control de la nueva plaga de avispa asiática se podría mantener la población y la producción de las colmenas», ha añadido el profesor de Ciencia Animal y de los Alimentos de la UAB.
El colmenar UABee quiere alojar ahora también proyectos de investigación en colaboración con otras instituciones para estudiar la metabolómica de la abeja, los procesos químicos que tienen lugar en el interior de las células de su organismo.