Actualmente se produce un kilo de limón empleando un 63 % menos de agua que en 1988, lo que revela «esfuerzos importantes en los últimos años para optimizar y reducir el consumo de agua», según ha detallado la interprofesional en un comunicado.
Para ello, ha contado además con fuentes de agua alternativas a las procedentes de la lluvia (aguas residuales tratadas y desaladas,) así como implantando tecnologías para su reducción de consumo y para evitar la evaporación.