El inicio de la pandemia en marzo de 2020 provocó cambios en la alimentación, pero enfocados a pasar el momento en los hogares pensando que el escenario cambiaría lo antes posible.
La situación no ha cambiado y esto ha provocado un mayor control de lo que «vayamos a comer y una alimentación más sostenible», señala Vilma Juodkaziene, analista de Alimentación de la cadena IKI para la revista F&H.
La consultora señala que estos hábitos no sólo se centrarán en 2021, sino que se puede extrapolar a los próximos 2-3 años.
«Notamos que hay varias direcciones importantes en las que se desarrolla la cultura alimentaria», apunta Juodkaziene.
Se ha elevado el interés «de conocer lo que comemos y el origen de los productos y se presta más interés a la calidad del producto», señala la analista en Alimentación.
Entre las tendencias está elevar el grado de cocinar en casa con diferentes recetas y conocer los platos y probar con los sabores más diversos.
Es tendencia «asomarse a una dieta equilibrada para mejorar las condiciones de salud y los lituanos darán preferencia a platos con más verduras, más hortalizas, legumbres y cereales», expone Juodkaziene.
Además del incremento de verduras y hortalizas, se expone la tendencia del snack a través de bocadillos. La analista expone que esta tendencia de USA llega lentamente a Europa.
Aunque Juodkaziene señala que estos bocadillos no significa comida rápida ni mala alimentación, ya que «se pueden aplicar snack de dieta sana y equilibrada».