El ejercicio 2019 viene marcado por el descenso de las exportaciones de calabaza española. En concreto, casi 10.000 toneladas menos, los destinos europeos son los principales damnificados, sobre todo Francia.
El país galo es el mejor cliente de la calabaza española y durante el ejercicio de 2019 absorbió 9.470 toneladas. Por detrás de este destino se ubican Reino Unido y Países Bajos que importaron 6.377 toneladas y 5.559 toneladas, respectivamente.
24.000 hectáreas de cultivo
Esta es la cifra de las hectáreas que se dedican al cultivo de la calabaza en Unión Europea, una cifra que crece dado el aumento de la demanda de los consumidores europeos, sobre todo al amparo de la fiesta popular de Halloween.
Tras la oferta española, sigue la huella Francia, con 96.000 toneladas, Alemania (92.000 t), Portugal y Polonia (ambas con 75.000 t), Otros Estados miembros de la UE que producen calabazas son Bulgaria y Rumanía (ambas con 20.000 t), Austria (18.000 t), Holanda (15.000 t), Hungría (12.000), Bélgica (10.000), Suecia (3.500), Croacia (3.340), Eslovaquia (3.000), Lituania (2.000), Letonia (1.000), Luxemburgo (340) y Finlandia (230 toneladas).