El presidente de la Agrupación de Cooperativas Agrarias de Extremadura (Acopaex), Domingo Fernández, ha explicado que el retraso en el inicio de campaña se debe principalmente a la lluvia durante primavera.
Esta circunstancia hace además que la recolección vaya a ser menor de lo habitual durante los primeros 15 días de campaña, pues las lluvias retrasaron la plantación, por lo que el gran grueso de la recogida llegará en la segunda quincena de agosto.
Fernández ha explicado que la demora en el inicio de la campaña será de en torno a una semana, pues “si las temperaturas en lo que resta de julio son altas se retrasará unos cinco días, y si son frescas alguno más”.
Aunque en una semana “se recogen muchos kilos”, Fernández ha dicho que este retraso no afectará a la producción, pues podrá compensarse en la segunda mitad de campaña.
Salvo circunstancias meteorológicas excepcionales “se espera una campaña normal”, lo que permitiría obtener una producción de unos 2,2 millones de toneladas en la región.
La campaña se inicia además en un entorno de repunte de precios en lo relativo al producto concentrado, más de un 10 por ciento en relación a hace un año, debido a la reducción de la producción de tomate en algunos países.
En este sentido, el stock de producto también ha bajado (el año pasado había muchas existencias por estas fechas, y ahora han quedado muy reducidas), lo que ha contribuido también a este escenario de precios al alza.
El precio del tomate que se recoge ya estaba contratado de cara a esta campaña, aunque ante este escenario es de prever que se incremente el próximo año si se mantiene esta tendencia.
Fernández ha explicado, por otra parte, que salvo rebrotes significativos no se espera que el coronavirus afecte ni al desarrollo de la campaña ni a las ventas foráneas.
A este respecto ha dicho que se espera una campaña basada en la normalidad después de las incertidumbres que la pandemia podía generar en cualquier cultivo o sector económico cuando irrumpió en marzo.