Sobre este paro, desde la compañía de origen germano -con más de medio millar de tiendas en toda España- sólo han señalado este miércoles que respetan el derecho de manifestación y que mantienen «un diálogo permanente con los sindicatos».
En un breve comunicado, los responsables de la empresa ha dicho ser «consciente» del «esfuerzo» realizado por su plantilla, formada por cerca de 15.000 personas, para seguir dando servicio en este contexto, y han resaltado algunas de las medidas de seguridad puestas en marcha.
Entre ellas, la compra de 6.500 mamparas para colocar en la línea de cajas, las limitaciones de aforo y horario, el uso de guantes y geles desinfectantes, etc.
Desde los sindicatos han justificado su decisión de convocar una huelga el 4 de junio, ante la «negativa» de Lidl a aplicar medidas que «reduzcan» los riesgos a los que está expuesta la plantilla.
UGT y CCOO han precisado que la cadena se niega a reforzar la vigilancia en las tiendas, aumentar las horas de contrato para equilibrar la carga de trabajo, aplicar el debido protocolo para la venta de productos textiles y condonar las horas negativas que la empresa ha provocado o pagar las horas complementarias programadas.
Los sindicatos han apuntado que la compañía ha optado por abandonar la negociación que mantenían durante las últimas semanas y han apuntado que «muchas» de sus peticiones sí que han sido suscritas por Lidl en el País Vasco en sus conversaciones con el sindicato ELA.
En su opinión, este último acuerdo hace que la firma divida su plantilla entre trabajadores de «primera y de segunda, rompiendo la homogeneidad lograda gracias al convenio de empresa».