La vitamina A se encuentra disponible de dos maneras: en forma de “pro-vitamina” (precisa transformación para ser biológicamente activa) y como vitamina A “pre-formada” activa.
La “Pro-Vitamina A” se encuentra en los vegetales como carotenos que están presentes en vegetales de hoja verde como las espinacas, lechuga y repollo, y las hortalizas como la calabaza, zanahoria y maíz amarillo.
La Vitamina A es necesaria para el correcto funcionamiento del sistema inmune actuando directa e indirectamente sobre células que luchan contra los patógenos y las infecciones víricas como los macrófagos y las células T. Por otra parte, la Vitamina A es un antioxidante fundamental para el mantenimiento de las membranas celulares, de la piel, de los sistemas digestivo y genitourinario, y en la visión.
Las cantidades diarias recomendadas de retinol son 900 mcg para adultos varones y 700 mcg para las mujeres, teniendo en cuenta que pacientes con patologías que cursen con mala absorción de nutrientes (como enfermedades inflamatorias intestinales, enfermedad celíaca, pancreatitis crónica o cirugía bariátrica) tienen más riesgo de déficit.
La Vitamina C (ácido ascórbico) y la Vitamina E son antioxidantes (como la Vitamina A) que participan en el mantenimiento de las membranas celulares y promueven el correcto funcionamiento del sistema inmune. La Vitamina C se encuentra en los cítricos, la fruta y en numerosos vegetales; y la Vitamina E está presente en los cereales, en el maíz y en los frutos secos.
Además, la Vitamina E previene la degeneración macular e interviene en la proliferación de linfocitos, en la producción de inmunoglobulinas y células Natural Killer que eliminan los agentes patógenos del organismo.
El papel de los antioxidantes es fundamental en las personas de edad avanzada, ya que la capacidad del organismo para generar antioxidantes disminuye con los años. También es importante la suplementación puntual para deportistas, sobre todo para los que practican actividades aeróbicas, ya que producen una gran proliferación de radicales libres en el organismo, es decir, moléculas inestables que pueden producir alteraciones.